Vidas anónimas (II)
Era jóven cuando la televisión empezó. Contaba apenas con cinco veranos sobre su cuerpo cuando su padre compró uno de los primeros televisores en color. Pasaron años desde aquello. Concretamente trece años y dos nuevos televisores después decidió que no quería estudiar ninguna carrera, si no que quería dedicarse a la televisión para que todos le conocieran.
Han pasado muchisimos años desde entonces. Por hacer un breve resúmen, digamos que su carrera televisiva tubo altibajos, pero que permaneció en antena, día tras día hasta ayer.
Hoy ya nadie le recuerda. Apenas han pasado 24 horas y nadie se dá cuenta de que falta. No han hecho ningún comentario en el telediario de su cadena ni han dicho nada en los periódicos. La gente no se pregunta que fue de él ni por qué se marchó sin despedirse. Simplemente, cerró la puerta, hizo un fade-out y desapareció.
Espero que eso no sea morir de fama.